Nuevo sub director de bachillerato

Don Jorge Pardo lleva más de 13 años en nuestro colegio y desde este año con un nuevo desafío sobre sus hombros, ya que es el nuevo Subdirector de Bachillerato. Hoy es un agradecido de esta oportunidad, esperanzado y muy atento a los importantes objetivos a lograr desde su nueva posición en el Consejo de Dirección. “Fue en este colegio donde conocí mi vocación”, comentó en la siguiente entrevista.

¿Qué sensaciones tienes en este nuevo cargo con nuevos desafíos?

Sin duda que son muchas pero destaco dos. La primera es la de una profunda necesidad de agradecer. En primer lugar a Dios, de cuya bondad recibimos todo cuanto poseemos; luego a mis padres, cuyo ejemplo y tesón nos permitió a sus hijos estudiar y, desde distintas áreas, servir a los demás; y, por supuesto, al colegio que desde mi arribo el año 2010 me ha ayudado a crecer apoyándome y otorgándome múltiples posibilidades de desarrollo tanto en el plano profesional como en el personal. Y más aún ahora que me confía una gran responsabilidad.

“Muy consciente de la responsabilidad que he recibido implica actuar del modo más profesional posible y de la importancia de estar a la altura de quienes me precedieron puesto que, como estoy seguro muchos coincidirán, la vara es alta”

La segunda, íntimamente ligada y consecuencia de la anterior, es la de retribuir la confianza que en mí han depositado asumiendo un mayor nivel de compromiso con mi trabajo. Compromiso que implica tratar de hacerlo con profesionalismo pero también con un gran sentido sobrenatural, que le dote de sentido y se convierta así, como he aprendido en estas aulas, en un camino de crecimiento espiritual.

¿Cómo te tomas esta responsabilidad y por qué?

Con gratitud, mucha confianza y, por supuesto, muy consciente de la enorme responsabilidad confiada. Lo primero que se me viene a la cabeza es la necesidad de agradecer, pero también aprender a confiar no en las propias capacidades, cuestión que sería poco sana, sino en que sea cual sea la responsabilidad que uno tenga en el colegio siempre habrá personas que estarán para apoyarte con algún consejo, con su disposición y, lo que personalmente más he experimentado, el buen ejemplo. Por último, ser muy consciente de la responsabilidad que he recibido implica actuar del modo más profesional posible y de la importancia de estar a la altura de quienes me precedieron puesto que, como estoy seguro muchos coincidirán, la vara es alta.

¿Cuáles son tus principales objetivos en este nuevo cargo?

Conocer, escuchar y mejorar. Aunque llevo varios años en el colegio aún queda mucho por conocer y para eso lo mejor es escuchar. Pienso que quien se proponga ejercer un liderazgo sano y constructivo más que dar discursos debe aprender a escuchar a las personas con las que trabaja y a las que busca servir. Conocer y escuchar el lugar y a las personas que te rodean evidentemente que ayudarán a mejor no sólo los aspectos técnicos que sean necesarios sino que, ante todo, a uno mismo.

“Conocer y escuchar el lugar y a las personas que te rodean evidentemente que ayudarán a mejor no sólo los aspectos técnicos que sean necesarios sino que, ante todo, a uno mismo”.

¿Qué mensaje le darías a los profesores, alumnos y apoderados?

En pocas palabras agradecer por la confianza con la que muchos recibieron la noticia de esta nueva tarea. Aunque mi juventud y lo mucho que me queda por crecer hagan surgir dudas (yo soy el primero que las experimenta), ha sido muy enriquecedor recibir el cariño y confianza de tantos profesores, algunos verdaderos maestros, de varias familias y, especialmente, de muchos alumnos.

El segundo mensaje es que con esa misma confianza nos aconsejen, ayuden y, si es necesario, corrijan. Estoy seguro que el Tabancura es lo que hoy es, debido al ambiente de confianza que desde su fundación se le ha impreso y que permite que cada uno, desde la posición que sea, lo sienta como propio y, por lo tanto, como su responsabilidad.

¿Qué es el Tabancura para ti?

Desde el 2010 ha sido un verdadero hogar y una escuela de crecimiento profesional y espiritual. En él he aprendido mucho más de lo que cualquier escuela de pedagogía o estudio superior pueda transmitir; he conocido verdaderos maestros con cuyo ejemplo y amistad muchos de ellos me han honrado; he experimentado la cercanía y la confianza de muchos padres que me han permitido ser parte de la desafiante tarea de educar a sus hijos; y en él he tenido la oportunidad de transmitir mis conocimientos a varias generaciones de las cuales destaco a muchos alumnos de los que también, pese a ser yo el profesor, he aprendido muchísimo. Por último, y quizás los más importante, es que fue en este colegio donde conocí mi vocación.

“Conocer, escuchar y mejorar. Aunque llevo varios años en el colegio aún queda mucho por conocer y para eso lo mejor es escuchar”

Todo esto y muchas otras cosas que guardo constituyen un buen cúmulo de razones que me animan a agradecer la tarea encomendada y a tratar de hacerla con el cariño y profesionalismo que todos quienes formamos parte del Tabancura exigen y merecen.