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Del mundo al Tabancura: Historias de esfuerzo de nuestros profesores inmigrantes




En el siguiente reportaje conversamos con tres profesores que con mucho esfuerzo tuvieron que dejar sus respectivos países para venir a enseñar a nuestro país. Hoy recuerdan sus raíces y nos cuentan todos los detalles de lo que ha sido su llegada al Tabancura y el encuentro diario con nuestros alumnos. ¡Estas son las historias de Néstor Medina, Humberto Magallanes y Freddy Sánchez!

¿Qué significa para ti haber dejado tu país y llegar a Chile? 

HM: Aún con la distancia que los separa geográficamente, Chile y México siempre han tenido una relación muy amistosa por muchos motivos históricos y culturales que me parece han influido para sentirme desde el primer momento como en mi casa. 

Además, hoy día con las comunicaciones, las distancias se han acortado que hacen estar muy cerca de la familia. Por supuesto, estos diez años en Chile han sido de muchos aprendizajes en diversos aspectos, empezando por aprender la manera de hablar del chileno, palabras nuevas, la comida, etc…además de contar con muchos amigos que he ido haciendo en el tiempo. Y también un crecimiento profesional muy importante, desde que llegué no he dejado de estudiar. 

NM: Uno no piensa que alguna vez en la vida le va a tocar dejar familia, amigos, tu tierra, y convertirse en inmigrante. Es una decisión muy difícil de tomar, sin embargo, es un sacrificio que hay que hacer por conseguir bienestar para ti y tu familia. Da mucho miedo por lo que te espera en un nuevo país de destino, ya que no sabes que será de tu vida.

Afortunadamente, llegar a Chile ha sido de bendición para mi y mi familia. Hemos conseguido en el camino personas de buen corazón, consideradas y amorosas que nos han brindado apoyo en todos los ámbitos. Así mismo, familiares que también residen acá, hemos podido reunirnos y acompañarnos en esta nueva vida.

FS: Dejar mi país y llegar a Chile ha sido un cambio significativo. En 2014, cuando dejé Venezuela, las condiciones políticas, económicas y sociales estaban cambiando drásticamente. En 2003 me casé con Ana Mercedes, en 2005 nació mi hija Bárbara Belén y en 2007 nació mi hijo Santiago José. Todos nacieron en Valle de la Pascua, una ciudad pequeña de los llanos centrales de Venezuela. Llegó un momento en que mi sueldo no era suficiente para el presupuesto familiar debido a la inflación y se escuchaban noticias sobre secuestros y extorsiones en el vecindario. La inseguridad nos afectaba.

Decidimos emigrar en 2014. Primero me fui yo y luego se unieron mi esposa e hijos. El país escogido fue Chile, que en ese momento tenía una buena economía en comparación con otros países de Latinoamérica y se hablaba el mismo idioma. Aunque era un desafío, confiaba en que todo saldría bien con la gracia de Dios.

 

 

“Estoy muy contento de dar clases en el colegio. La matemática y la física son asignaturas que he podido enseñar y en las que he sido formado”, dice el profesor Freddy Sánchez.

 

 

 

¿Cómo fue tu llegada al colegio? 

HM: Mi llegada al colegio desde inicio y a la fecha ha sido sentirme muy querido por todos los alumnos, al principio por alumnos de la media y después por los de la básica, donde hago clase desde hace ocho años. Junto con el aprecio de muchos colegas que me compartieron su experiencia. Esto ha sido algo que me ha marcado profundamente y lo cual agradezco enormemente. Lo cual también me compromete a esforzarme a dar lo mejor de mí en mi labor formativa y docente.

NM: Mi llegada al colegio se dio por medio de un amigo Venezolano que trabaja en un colegio de la Obra. Por medio de él conocí personas que, en determinado momento, me recomendaron como profesor de inglés en el colegio en un periodo donde surgió la vacante.

FS: Comencé a trabajar en el Colegio Nocedal en La Pintana, donde tenía un amigo, Rafael Ceiro, a quien conocía desde Venezuela. Me contrataron a medio turno. Buscando otro turno, envié mi currículum a varios colegios y a algunas personas relacionadas con el Colegio Tabancura. Me llamaron para una entrevista y me dieron la oportunidad de trabajar en matemáticas con III Medio hasta el final del año.

En 2015, me ofrecieron un turno completo en el Colegio Tabancura. El departamento de matemáticas me recibió muy bien. Aprendí mucho sobre geometría y probabilidad durante esos años, y también sobre la teoría del asado y los vinos, lo cual fue una experiencia gratificante.

 

 

“Chile y México siempre han tenido una relación muy amistosa; me parece que ha influido para sentirme desde el primer momento como en mi casa”, señala el profesor Humberto Magallanes.

 

 

 

¿Cómo vives tu vocación en las salas de clases del Tabancura?   

HM: Siempre tengo en mente dos cosas: la primera, la responsabilidad de contribuir desde mi trinchera (labor docente) como formador, que me lleva no solo a preocuparme de que aprendan la asignatura que imparto.

Y segundo y más importante logren alcanzar un desarrollo más integral que tiene que ver con la formación en virtudes, la vida de fe e incorporen una disciplina de estudio. En este sentido, mi relación con los padres de familia de las jefaturas que he tenido – en todos estos años-, he encontrado una gran respuesta para contar con su apoyo.

NM: Siempre comprometido con la formación integral de los niños, no solo enseñar contenidos, sino, enseñar para la vida, transmitiéndoles valores y virtudes.

FS: Estoy muy contento de dar clases en el Colegio. La matemática y la física son asignaturas que he podido enseñar y en las que he sido formado. En la Universidad de los Andes obtuve el título de Profesor en Física, lo cual me ha ayudado pedagógicamente a dar las clases.

Los alumnos, en general, se portan bien y tienen un buen nivel académico.

 

¿Cómo es tu vida como inmigrante en nuestro país? 

HM: Nunca me he visto como inmigrante, aunque técnicamente lo sea. Me siento como en mi casa. He tenido la oportunidad de viajar por Chile de norte a sur, puedo decir que gozo de sus montañas, especialmente cuando están nevadas, para mí es un espectáculo único que disfruto. También he tenido oportunidad de ir conociendo la historia de Chile. Actualmente estoy leyendo la Historia de Chile de Alejandro san Francisco. Todo este tiempo ha sido un aprender a identificarme con la cultura chilena, sus costumbres y tradiciones.

NM: Vivo mi vida en este hermoso país sabiendo que soy un aporte, contento y agradecido con Dios de poder ejercer mi profesión y de poder ayudar a otros.

FS: Mi vida como inmigrante es buena; mi familia y yo vamos creciendo poco a poco. Nos afecta la ausencia de los familiares que quedaron en Venezuela. El año pasado, después de ocho años, volví a Venezuela de visita.

 

¿Volverías a tu país y qué es lo que más extrañas de allá? 

HM: Sinceramente no lo he pensado, ya con tantos años en Chile, me veo chileno. Igualmente te lo digo con franqueza, no extraño nada. Estoy cada semana en comunicación con mi familia y amigos. En diciembre pasado vinieron a visitarme. Disfruto y me hace feliz mi estancia en Chile.

NM: Hoy por hoy, mi núcleo familiar (padres y hermana) no se encuentra allá en Venezuela, por lo que considerar volver no está en mis planes. Quizá visitar al resto de mi familia en unas vacaciones, pero regresarme a residir de nuevo allá no lo tengo considerado.

FS: Me gustaría ir a mi país de visita. Cambiar de país no es fácil y creo que la situación en Venezuela no mejorará rápidamente. Lo que más extraño es estar cerca de familiares y amigos.

 

 

“Vivo mi vida en este hermoso país sabiendo que soy un aporte, contento y agradecido con Dios”, indica el profesor Néstor Medina.

 

 

 

¿Qué les dirías a tus alumnos?

HM: Primero, que valoro mucho su talento, veo alumnos muy talentosos intelectualmente, pienso que podría hacer un libro de anécdotas que tienen que ver con su aprendizaje, por ejemplo; tipo de preguntas que te plantean, reflexiones o conexiones que hacen de otros conocimientos. 

NM: Siempre converso con ellos acerca del esfuerzo y perseverancia, y a no temerle a los errores, ya que por ellos se aprende. No rendirse y siempre intentar, las veces que sea necesario.

FS: A mis alumnos les diría que cuiden las instituciones que tienen. Venezuela, en su momento, era un país con alta calidad de vida y buenos ingresos económicos. Todo eso se perdió por malas decisiones políticas que llevaron al país a una crisis económica y social sin precedentes, forzando a millones de personas a emigrar. Y a seguir aprendiendo, pueden contar con mi apoyo como siempre.

 

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