Opinión de Santiago Baraona

Palabras del Director a propósito del día del libro

23 de Abril de 2018

Estimados profesores, estimados alumnos:

Hoy se celebra a nivel mundial el día del libro. En 1996, la UNESCO  –un organismo que vela por la paz en el mundo- escogió el día 23 de abril, debido a que es el día (y en el mismo año de 1616) en que murieron dos de los grandes genios de la humanidad: Cervantes y Shakespeare. Con la conmemoración se buscaba fomentar la lectura, la industria editorial y la protección del trabajo intelectual. 

El libro es -con generoso margen-, el más grande de los inventos de la humanidad. Después del misterio que está tras la adquisición del lenguaje humano, el libro es la primera tecnología que permitió extender la memoria del hombre más allá de lo imaginable y fue el impulsor de una mayor complejidad del pensamiento, esto porque el libro nos permite comenzar donde otros mejores que nosotros han llegado. Si somos capaces de resolver ecuaciones y problemas que antes estaban reservados a las mentes privilegiadas, si somos capaces de escribir cuentos en un estilo impensado para los autores anónimos de Las Mil y una Noches, no es por mérito propio, sino que es por mérito de la experiencia humana que se almacena en los libros y en sus extensiones tecnológicas recientes: Los medios de comunicación, soportes digitales e Internet. Si somos mejores, es porque otros mejores que nosotros lo han permitido dejando su saber en los libros.

El libro tradicional de papel –de por sí una tecnología fantástica- no está siendo reemplazado por otras tecnologías, cambia de ropaje. El libro de papel, con su belleza y su valor de objeto,  seguirá siendo el libro por excelencia, pero sus sucedáneos más ecológicos digitales nos permiten mejores y más inmediatos accesos. Jamás en la Historia de la Humanidad habíamos estado tan cerca del pleno y total acceso al conocimiento humano, a la belleza, a la verdad; sin embargo, vemos que de tanta facilidad, a veces el deseo de conocer y acceder a lo mejor decae. La difusión universal y a bajo costo de la letra impresa, trae consigo un desafío no menor: ¿Qué vale la pena leer? Para esto me atrevo a recomendarles cuatro criterios infalibles:

- Lean mucho. Nadie se siente que ha perdido el tiempo tras leer un buen libro. Si leen mucho, el tiempo ajustará la apreciación de la calidad de lo que leen.
- Lean de todo y en cualquier soporte: Revistas científicas, novelas, biografías.
- Lean los clásicos. Si hombres mejores que nosotros leyeron a Homero, a Cervantes, a Dickens, Chéjov, sin duda a nosotros no nos hará mal leerlos.
- Lean autores locales. Si desean acceder a una reflexión de su entorno que sea de calidad, lean a Mistral, a Parra, a Baldomero Lillo, a Blest Gana. Ellos pensaron el Chile de ayer y de hoy.

Con las actividades del día del libro damos, además, por inaugurado el año cultural en el colegio Tabancura que terminará con una semana completa en noviembre dedicada a las expresiones culturales. En esa ocasión podremos ver los frutos que han dejado en el colegio la lectura, la escritura, el teatro y la música. 

Nos vemos entonces.